12 Jul EL FRAUDE DE LA PUBLICIDAD EN INSTAGRAM

HACERTE INFLUENCER EN INSTAGRAM CUESTA 70 EUROS

Agencias especializadas en influencer marketing pueden ayudarte

Tenemos que aceptar una realidad: los consumidores no confían en las marcas. Las personas confían en personas. Incluso desconocidos. Las empresas son conscientes de que el modelo de publicidad tradicional ya no funciona. Sólo un 33% de los consumidores confía en la publicidad. Un 90% confía en las recomendaciones de otros consumidores, según Nielsen. De ahí que cada vez más y más marcas decidan incluir acciones de publicidad en Instagram con influencers en sus planes de marketing. El influencer marketing ha pasado a ser la línea presupuestaria que más crece en los planes de comunicación. Y claro, también siguen surgiendo más y más influencers que encuentran en esto una forma de vivir.

 

En general, para ser considerado influencer se debe tener al menos una comunidad de 10K. Es una cifra que requiere esfuerzo y tiempo alcanzar. Los que llevan en esto “toda la vida” lo saben bien.

 

Sin embargo, en Internet existen páginas web que ofrecen la posibilidad de adquirir paquetes de seguidores: 1.000 por 9 euros, 5.000 por 39 euros o 10.000 por 70 euros. Así de sencillo: creas un perfil en Instagram, visitas la página web de turno, pasas por caja y unas horas después… ¡ya eres influencer! Un influencer de “bots”, por supuesto. Ahora solo queda esperar a que la primera marca “pique en el anzuelo” y empezar a ganar dinero. Total, ¿quién va a mirar la calidad de nuestra comunidad?

 

Obviamente, esto es solo un ejemplo extremo. Una especie de “fábula” con moraleja que sirve para ilustrar una realidad: en el influencer marketing existe fraude. Y mucho. Más de lo que nos imaginamos. Puedes comprar seguidores, me gustas, comentarios, visualizaciones de vídeo… Lo que quieras. Y si existe oferta, es porque existe demanda.

 

Hace poco me enseñaron una herramienta que permite identificar el fraude en la publicidad en Instagram con influencers. Ya existen algoritmos que permiten “desenmascarar” a todos aquellos que utilizan formas “no orgánicas” para crecer. “Te dejamos probarlo, puedes poner la cuenta quieras”, me dijeron. Yo sigo a algunos influencers en Instagram. Así que puse el “handle” de uno de ellos y pulsé el botón de aceptar. Así llegó mi primera sorpresa: había comprado seguidores. Sentí al principio decepción. Luego pena. Y posteriormente indignación. Porque como profesional del marketing, sentí que durante estos últimos años me habían engañado.

 

Es verdad que Instagram ha realizado en algunas ocasiones limpiezas de seguidores “fantasma”, es decir, bots en su mayor parte, para acabar con el problema, De hecho, algunos de estos influencers han visto como perdían miles de seguidores en un solo día. El influencer al que yo me refería sólo perdió unos cuantos miles, pero algunos “celebrities” llegaron a perder millones. En concreto, Kim Kardashian perdió 1,3 millones, Ariana Grande 1,5 millones y Justin Bieber, incluso peor, hasta 3,5 millones (el tamaño de la población de Uruguay o Puerto Rico). De la noche a la mañana.

 

Pero no todo son malas noticias en el influencer marketing. Existen influencers “buenos”, de esos que han hecho todo “según el libro”, que nunca han comprado seguidores. Ni me gustas. Ni nada de nada. Aquellos que, siendo expertos en alguna materia, comparten su conocimiento, que utilizan una comunicación sencilla pero eficaz, que han sido capaces de establecer una relación cercana y de confianza con sus seguidores. Que inspiran. Que entretienen. Que disfrutan de lo que hacen. Y estos, los “buenos”, pueden llegar a ayudarte a conseguir un retorno de la inversión publicitaria de más de 20 euros por cada euro invertido.

 

Así que, si estás pensando poner en marcha una acción de publicidad en Instagram con influencers, ten cuidado con el fraude. ¡Salvo que quieras vender tu producto a un ejército de robots!

Y tú, ¿sueles firmar un contrato con los influencers en tus campañas?

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